Blog de Bienestar de Alma Vida
Soltá lo que pesa y cerrá el año en equilibrio. Descubrí cómo las lunas de diciembre pueden ayudarte a renovar tu energía.
Hay algo en diciembre que nos atraviesa a todas. Es como si el año se apurara de golpe para llegar a su propio final, y en ese apuro nos arrastrara con él.
Emociones mezcladas, pendientes que vuelven a golpear la puerta, cansancio acumulado, y esa vocecita interna diciendo: “che… ¿y todo lo que quería hacer este año?”.
No falla. Cada diciembre nos agarra igual.
Pero no está mal. De hecho, energéticamente tiene mucho sentido.
Diciembre es una gran puerta de cierre, y como toda puerta que se cierra, hace un poco de ruido. Ese ruido lo sentimos en el cuerpo, en la mente y en el corazón. Y ahí es donde aparece la importancia de soltar.
Soltar no es abandonar.
Soltar no es cortar con enojo.
Soltar es liberar el peso que ya no acompaña el camino.
Es limpiar la mochila antes de empezar otro viaje.
Y sí, es un proceso profundo… pero también puede ser suave, amoroso, respirable.
Este diciembre 2025 viene con una secuencia lunar que casi parece diseñada para ayudarnos a ordenar, limpiar y renacer.
Tenemos una Luna Llena el 5 de diciembre, que ilumina todo lo que estuvo escondido debajo de la alfombra del alma: patrones, cansancio, emociones que guardamos para “más adelante”.
Es una luna que nos muestra, con luz plena, qué es eso que ya pide ser soltado.
Después, hacia el 11 de diciembre, llega la fase Menguante. Esa energía es perfecta para dejar ir. No para discutir, no para hacer grandes decisiones… sino para permitir que lo viejo se afloje y caiga solo.
Es el momento de ordenar, depurar, sincerarse.
El universo entero susurra: “chica… aflojá”.
Y cuando ya hicimos un poco de espacio interno, aparece la Luna Nueva del 20 de diciembre, que es como una página en blanco recién impresa.
Ahí, cuando la noche está más negra, es cuando la intención toma más fuerza.
Es un momento perfecto para sembrar la visión de lo que queremos crear en el 2026, desde la calma, desde el eje, desde el deseo que nace del alma y no de la urgencia.
Finalmente, el 27 de diciembre llega la fase Creciente, que nos invita a movernos, activar, planificar y empezar a preparar el terreno para el tránsito hacia enero. Es la energía que dice: “listo, basta de pensar tanto… ahora poné una acción chiquita, pero hacela”.
Entre compromisos, cierres, juntadas, balances, y ese ruido emocional que nos rodea, es muy fácil perdernos de nosotras mismas.
Y ahí está la clave de este mes: volver al eje una y otra vez.
El eje no es un lugar perfecto; es un espacio interno donde nos sentimos presentes.
Donde la respiración vuelve a ser nuestra aliada.
Donde recordamos que no necesitamos cargar el año completo en los hombros.
Donde podemos decir:
"Esto lo suelto. Esto lo termino. Esto lo dejo para más adelante.
Y esto… esto es lo que realmente quiero para mí."

Y como cada diciembre, yo también entro en mi propio proceso de visión, claridad y creación.
Este año vuelvo a ofrecer mi clase del Mapa de los Sueños, una experiencia que amo profundamente porque no se trata solo de hacer un collage bonito… sino de conectar con el alma antes de decidir qué queremos manifestar.
Es el inicio perfecto para acompañar este tránsito entre lo que soltamos y lo que soñamos.
Si sentís que este diciembre te encuentra con ganas de cerrar el 2025 liviana, clara, inspirada… te invito a que te sumes.
Es un espacio para vos, para tus deseos, para tu propósito, y sobre todo, para tu versión más auténtica.
Porque si vamos a empezar un nuevo año, que sea alineadas, centradas y con el corazón diciendo:
"Este 2026 lo elijo yo."
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Si querés comenzar el 2026 con claridad, foco y la energía alineada… te invito a mi clase especial Mapa de los Sueños. Es el espacio perfecto para convertir todo esto que soltás en nuevas intenciones para el año que empieza.
Categorías: : Autoconocimiento, Consciencia, Meditación